martes, 16 de julio de 2013

Kappa o Gappa

    Seres de la mitología japonesa. Son unos enanos muy feos y rechonchos, con los ojos redondos, la nariz en forma de pico de tortuga, caparazón a la espalda, piel escamosa de color verdoso o amarillo-verdoso, olor a pescado y extremidades palmeadas provistas de garras. Viven en los ríos. Algunos relatos precisan que su cabeza posee un hueco u orificio, siempre lleno de agua, y que si se les vacía andando por tierra, deben sumergirse rápidamente para llenarlo de nuevo. Suelen capturar a los hombres y animales que se aproximan a sus moradas acuáticas, seguramente con intención de devorarlos. Pero son bastante simples, por lo cual se recomienda el siguiente truco para salvarse de ellos: si alguien encuentra uno en su camino, debe actuar con naturalidad e inclinar la cabeza cortésmente; el kappa o gappa responderá al saludo, y entonces perderá el agua de su hueco superior, debiendo regresar al río. También se dice que les gustan mucho los pepinos y que es fácil ganarse su benevolencia regalándole alguno.
    Una teoría animista pretende que los kappas son los espíritus de los ahogados que no han recibido culto y que por ello desean perder en el agua a sus congéneres vivos. Pero con el tiempo van surgiendo nuevas teorías, y así llegamos en la segunda mitad del siglo XX a la del ufólogo Komatsu Kitamura, quien los ve como seres extraterrestres aparecidos en el Japón durante la era Heian o poco antes: Los kappas, como fueron denominados aquellos legendarios hombres de los cañaverales, eran unas criaturas extrañísimas que los viejos textos describen con similitudes humanas, pero con monstruosas deformidades. Tales descripciones nos muestran a los hombres de los cañaverales como bípedos, de extremidades palmeadas y provistas de tres dedos cada una, terminados en garfios, con el dedo central notablemente más largo. Su piel es oscura, lisa y reluciente; su cara delgada, con orejas desarrolladas y ojos extrañamente grandes y triangulares. En la cabeza, según el parecer unánime de quienes los mencionan, portan un curioso casco con cuatro agujas, y su nariz tiene el aspecto de una trompa que termina detrás de la espalda, donde se une con una joroba en forma de cajita. Todo esto, a Kitamura, le recuerda el traje impermeable y monopieza de los buceadores modernos, con el equipo de respiración cargado a la espalda y las aletas en los pies.